Quizá el avance más reciente de la neurología es la neurogénesis (producción de nuevas células nerviosas). Hasta hace pocos años se creía que nacemos con todas las neuronas que tendremos a lo largo de la vida. Nació así la idea tan deprimente de que nos encaminamos lentamente cuesta abajo, conforme el cerebro va perdiendo diariamente miles de neuronas. Sin embargo, ahora sabemos que un cerebro sano de una persona de 75 años tiene el mismo número de neuronas que cuando estaba en el cuerpo de un inquieto joven de 25 años. Aunque es cierto que pierde células todos los días, al mismo tiempo produce otras para reemplazarlas.
Nuevas células nerviosas se descubrieron por primera vez en el hipocampo, donde probablemente intervienen en el almacenamiento de los recuerdos. En experimentos más recientes con monos se ha comprobado que crecen células nuevas en otras partes del cerebro. Cada día miles de ellas nacen en lo profundo del cerebro y luego emigran a la corteza cerebral. Una vez allí se conectan con otras formando parte de los circuitos cerebrales. En otras palabras, la corteza --sede de la inteligencia—recibe un flujo constante de nuevas neuronas. Es una noticia desconcertante para los neurólogos, que ahora deben explicar qué hacen las células nuevas
Nuevas células nerviosas se descubrieron por primera vez en el hipocampo, donde probablemente intervienen en el almacenamiento de los recuerdos. En experimentos más recientes con monos se ha comprobado que crecen células nuevas en otras partes del cerebro. Cada día miles de ellas nacen en lo profundo del cerebro y luego emigran a la corteza cerebral. Una vez allí se conectan con otras formando parte de los circuitos cerebrales. En otras palabras, la corteza --sede de la inteligencia—recibe un flujo constante de nuevas neuronas. Es una noticia desconcertante para los neurólogos, que ahora deben explicar qué hacen las células nuevas
Reparación del cerebro
El descubrimiento de neurogénesis en el cerebro de los adultos ha renovado la esperanza de reparar algunos tipos de daño cerebral. Por ejemplo, los médicos están probando un nuevo método de tratar la apoplejía. En vez de recurrir a la plasticidad para ofrecer un mejoramiento gradual, inyectan millones de células nerviosas en las zonas dañadas. Esta técnica da magníficos resultados en las ratas. Si se logra lo mismo en el ser humano, las nuevas células se conectarán con las neuronas existentes y repararán parte del daño causado por la apoplejía.
Los investigadores trabajan con células nerviosas inmaduras para transformarlas en tipos especiales de neuronas. Por ejemplo, la ceguera podría tratarse guiándolas para que se conviertan en el tipo de células que hay en las áreas visuales del cerebro. O si se consiguiera hacer que produzcan dopamina, se obtendría tal vez una cura de la enfermedad de Parkinson, debido a la pérdida de neuronas productoras de esa sustancia.
El Futuro
Imagine que queda completamente paralítico e imposibilitado para hablar. Aun cuando permanezca alerta y conserve su inteligencia, no podría comunicar a otros las ideas y sentimientos más simples. Cada año es lo que les sucede a miles de personas que quedan paralizadas por apoplejía, enfermedad o lesiones. Incapacitados para moverse o hablar, sufren el “síndrome del aislamiento”. En un sentido muy realista, son prisioneros de su propio cuerpo. ¿Y si lograran que una computadora hablara por ellos? Aunque se trata de una posibilidad muy remota, los neurólogos han dado el primer paso para liberar a las víctimas de parálisis total.
En sus experimentos innovadores, los doctores Roy Bakay y Philip Kennedy introdujeron “electrodos neurotróficos” en la corteza motora de pacientes paralizados (el adjetivo neurotrófico se refiere a cualquier cosa con propiedades que favorezcan el crecimiento en el sistema nervioso). El dispositivo está provisto de delgados alambres de oro en el interior de un cono pequeño y hueco de vidrio. Las sustancias naturales que se liberan cerca de la punta del cono estimulan el crecimiento de los nervios. A medida que las células crecen y llegan al extremo del cono, se conectan con alambres registradores. Entonces, cuando el paciente piensa algunas ideas, los destellos de actividad cerebral son detectados por los alambres. De inmediato esas señales son amplificadas y transmitidas a una computadora, donde controlan los movimientos de un cursor sobre la pantalla.
¿De qué manera el pensamiento hace que el cursor se mueva? Los pacientes descubren por tanteo lo que lo moverá. Por ejemplo, imaginar que levantan un vaso podría activar la corteza motora y moverlo de determinada manera. Al repetir el mismo pensamiento aprenden a seleccionar los iconos de la pantalla que ordenan a la computadora decir frases como las siguientes:”Por favor, apague la luz”, “Te veo después, fue un gusto hablar contigo”.
Los neurólogos saben que apenas han dado los primeros pasos para liberar a los pacientes encerrados en su propio cuerpo. No obstante, lo que hace algunos años era mera ciencia ficción empieza a ser realidad. El cerebro humano apenas empieza a conocerse a sí mismo. La próxima década de investigación en esta área nos depara grandes sorpresas.
Conclusión
El descubrimiento de neurogénesis en el cerebro de los adultos ha renovado la esperanza de reparar algunos tipos de daño cerebral. Por ejemplo, los médicos están probando un nuevo método de tratar la apoplejía. En vez de recurrir a la plasticidad para ofrecer un mejoramiento gradual, inyectan millones de células nerviosas en las zonas dañadas. Esta técnica da magníficos resultados en las ratas. Si se logra lo mismo en el ser humano, las nuevas células se conectarán con las neuronas existentes y repararán parte del daño causado por la apoplejía.
Los investigadores trabajan con células nerviosas inmaduras para transformarlas en tipos especiales de neuronas. Por ejemplo, la ceguera podría tratarse guiándolas para que se conviertan en el tipo de células que hay en las áreas visuales del cerebro. O si se consiguiera hacer que produzcan dopamina, se obtendría tal vez una cura de la enfermedad de Parkinson, debido a la pérdida de neuronas productoras de esa sustancia.
El Futuro
Imagine que queda completamente paralítico e imposibilitado para hablar. Aun cuando permanezca alerta y conserve su inteligencia, no podría comunicar a otros las ideas y sentimientos más simples. Cada año es lo que les sucede a miles de personas que quedan paralizadas por apoplejía, enfermedad o lesiones. Incapacitados para moverse o hablar, sufren el “síndrome del aislamiento”. En un sentido muy realista, son prisioneros de su propio cuerpo. ¿Y si lograran que una computadora hablara por ellos? Aunque se trata de una posibilidad muy remota, los neurólogos han dado el primer paso para liberar a las víctimas de parálisis total.
En sus experimentos innovadores, los doctores Roy Bakay y Philip Kennedy introdujeron “electrodos neurotróficos” en la corteza motora de pacientes paralizados (el adjetivo neurotrófico se refiere a cualquier cosa con propiedades que favorezcan el crecimiento en el sistema nervioso). El dispositivo está provisto de delgados alambres de oro en el interior de un cono pequeño y hueco de vidrio. Las sustancias naturales que se liberan cerca de la punta del cono estimulan el crecimiento de los nervios. A medida que las células crecen y llegan al extremo del cono, se conectan con alambres registradores. Entonces, cuando el paciente piensa algunas ideas, los destellos de actividad cerebral son detectados por los alambres. De inmediato esas señales son amplificadas y transmitidas a una computadora, donde controlan los movimientos de un cursor sobre la pantalla.
¿De qué manera el pensamiento hace que el cursor se mueva? Los pacientes descubren por tanteo lo que lo moverá. Por ejemplo, imaginar que levantan un vaso podría activar la corteza motora y moverlo de determinada manera. Al repetir el mismo pensamiento aprenden a seleccionar los iconos de la pantalla que ordenan a la computadora decir frases como las siguientes:”Por favor, apague la luz”, “Te veo después, fue un gusto hablar contigo”.
Los neurólogos saben que apenas han dado los primeros pasos para liberar a los pacientes encerrados en su propio cuerpo. No obstante, lo que hace algunos años era mera ciencia ficción empieza a ser realidad. El cerebro humano apenas empieza a conocerse a sí mismo. La próxima década de investigación en esta área nos depara grandes sorpresas.
Conclusión
La mayoría de las lesiones cerebrales son permanentes, pero la plasticidad del cerebro, la neurogénesis y las técnicas médicas más recientes ofrecen la esperanza de recobrar las habilidades perdidas por daños cerebrales.
Website
Estimados lectores: Los invito a visitar el siguiente sitio el cual esta muy completo e incluye algunas simulaciones sobre la neurogénesis.
http://www.wellesley.edu/Biology/Concepts/Html/neurogenesis.html
Video
De igual forma, los invito a que disfruten de la serie de videos sobre la Plasticidad Cerebral.
los cuales considero altamente recomendables:
Parte 1 http://www.youtube.com/watch?v=kW2IXZalqjY&feature=related
Parte 2 http://www.youtube.com/watch?v=Pv_9CT0weC8&feature=related